La afición estalla ante una medida impopular que obliga a los abonados a pagar entrada en un duelo decisivo.
El próximo domingo 9 de marzo, a las 17:30 horas, el Alcoyano recibirá al Hércules de Alicante en El Collao en el partido correspondiente a la jornada 27 de Primera RFEF.
A pesar de la delicada situación deportiva del equipo, el club ha anunciado que este encuentro será «Día del Club», obligando a sus propios abonados a pagar entrada. Una decisión que, lejos de unir a la afición en un momento clave, ha provocado un incendio entre los seguidores blanquiazules.
Los abonados deberán adquirir su entrada online o en las oficinas del club por un precio de 10 euros en GOL A, GOL B y lateral, mientras que en tribuna costará 15 euros. Además, el club guardará los asientos hasta el jueves 6 de marzo, añadiendo una presión extra sobre los seguidores fieles.
La indignación ha crecido porque esta no es la primera vez que la entidad toma este tipo de decisiones cuando se espera una gran afluencia de aficionados visitantes. En años anteriores, ya se ha visto cómo El Collao se teñía con más seguidores rivales que locales, una situación que la afición percibe como una «profanación» de su estadio. Casos como el del Real Murcia esta misma temporada o el Eldense en años anteriores han sido ejemplos claros de esta política errática del club, que prioriza la venta masiva de entradas por delante del apoyo a sus aficionados habituales.
Pero el malestar no acaba ahí. El Alcoyano se encuentra a tan solo un punto del descenso y ha sumado tan solo 3 de los últimos 12 puntos en juego. En un momento en el que el equipo necesita más apoyo que nunca, el club no apuesta por promociones para llenar El Collao de blanquiazul, sino que opta por una medida que castiga al aficionado fiel y da la sensación de que se prioriza el ingreso económico a corto plazo por encima del ambiente y el sentimiento de pertenencia.
Aunque aún es pronto para saber cuántos aficionados alicantinos viajarán a Alcoy, lo que sí se prevé es que muchos abonados locales decidan no acudir al partido, hartos de ver cómo el club parece más preocupado por hacer caja que por cuidar a su gente.